PERSEVERANCIA

Hoy mientras preparaba avena para la merienda de los niños recordé algunas tardes en mi adolescencia cuando mi diversión era interrumpída al llamado de mi mamá para ayudarle a preparar avena para la cena, mami preparaba todos los ingredientes en una olla, la colocaba a fuego medio y entonces decía me con mucha confianza: (Mercedita) tu tarea es mover la avena suavemente, no debes parar de remover hasta que tome la consistencia que te he enseñado antes, y con tono de advertencia decía; recuerda que si paras se formaran esos grumos desagradables y el resultado no será el que deseamos.

Imagínate… tremendo encargo; Para mí no era divertido porque me quedaba sola en la cocina, mientras mis hermanos se divertían o veían algún programa en la tele, en esos minutos yo quería mover la mezcla muy rápido para que obtener el resultado final en el menor tiempo posible, a veces me apresuraba al mover la mezcla, pero solo conseguía un reguero sobre la estufa. Después de ayudar a mami muchas veces, me di cuenta que para tener éxito haciendo la avena había algo vital: Mover constantemente! No importaba si la receta tenia los ingredientes y las cantidades adecuadas, o si el fuego era el exacto, el éxito estaba en la constancia de mis movimientos hasta que llegara el tiempo justo para lograr esa textura deseada. 

La perseverancia era el puente entre lo que yo deseaba y el resultado que mami esperaba, perseverar es permanecer firme en una acción, es la suma constante de esfuerzo y compromiso que nos llevara a una meta.

Actualmente vivimos en la cultura de la inmediatez, todo lo queremos para ayer, empezamos algo y queremos los resultados de forma rápida, si mientras realizamos algo nos tardamos mucho tiempo o se presenta algún obstáculo tendemos a querer abandonar eso y hasta llegamos a decir que si las cosas no van resultando bien hay que dejar eso porque no es de Dios, nos educan diciendo que si algo es de Dios ” fluye fácil ”…y realmente no siempre es así.

 La Biblia está llena de historias de hombres y mujeres que para lograr el propósito divino tuvieron que hacer esfuerzos constantes. 

Recuerdas la historia de Ana la esposa de Elcana, ella era estéril, tenía mucho tiempo casada y no podía ser madre, además que lidiaba con la presión de la sociedad y los ataques de Penina. Ana perseveró en oración hasta que finalmente el Señor le regalo a su hijo Samuel.

 Y que tal Noé, quien perseveró hasta completar la tarea encomendada por Dios de construir el arca, aunque fue criticado y burlado por todos.

 En nuestra vida cotidiana, debemos mantenernos enfocadas en la constancia y como mujeres contamos con  Jesucristo como nuestro mejor coach para entrenarnos sobre este tema… Cuando inicié la carrera de medicina, tuve que permanecer hasta el final a pesar noches completas de estudios y otros sacrificios adicionales. ¿Recuerdas cuando tuviste que suspender la lactancia materna a tus hijos? fue difícil, pero se logró solo con constancia. Te cuento que cuando quise que mis hijos durmieran en su habitación y no en la nuestra, tuve que llevarlos cada noche a su camita una y otra vez y ni hablar cuando queremos suspender el uso de pañales, también es otro proceso de poner en acción la constancia. 

Justo ahora llega a mi memoria la película “Inquebrantable”, basada en la vida real donde un jovencito cae en un lago congelado y permaneció varios minutos bajo el agua helada sin poder respirar, luego lo llevaron al hospital donde lamentablemente lo declararon clínicamente muerto. Cuando su madre llego al hospital muy angustiada, se colocó junto a su hijo y oraba al señor por un milagro, a pesar de los comentarios del personal médico se mantuvo constante en oración y suplica, hasta que milagrosamente su hijo volvió a la vida. 

Estamos llamadas a ser constante en la oración, en el estudio de la palabra, en hacer el bien y en obedecer a Dios sin importar lo que otros puedan pensar o decir sobre nosotras, no nos cansemos, a veces el éxito está en ese próximo paso, sigamos intentándolo una vez más. Quiero decirte que el Señor ha puesto un sueño dentro de ti y te ha regalado dones y habilidades para lograrlo, no se trata de empezar algo, sino, terminarlo. Sigue intentando, confía en el Señor, las grandes cosas no son hechas con fuerza, sino, con perseverancia. 

Te invito a que nos unamos en un propósito y seamos constantes en oración por sanidad, por el matrimonio, oremos por ese familiar que aún no conoce al Señor, por nuestros hijos adolescentes, por un trabajo nuevo, quiero acompañarte a orar si aún no eres madre y anhelas serlo, o tal vez aun eres soltera y quieres que oremos para que llegue el esposo que Dios tiene para ti, oremos juntas por más presencia de Dios en nuestras vidas, para mantener nuestros ojos puestos en Jesús aun en medio de este mundo caído, te animo a agregar las peticiones de tu corazón sin dudar que Dios las escuchará.

 Mi oración para ti es que Dios bendiga tu vida, que en este día el Señor renueve tus fuerzas, que te mantengas firme en Cristo a pesar de los tiempos, que recibas valentía, fe y paciencia para cumplir con tu asignación. Oro para que con ayuda del Espíritu Santo puedas seguir, persistir, resistir y nunca desistir. 

Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Hebreos 10:36 NVI