TIENES TODO LO QUE NECESITAS!!

¡TIENES TODO LO QUE NECESITAS!

Incluir frutas y vegetales en la dieta es muy beneficioso para nuestra salud, por lo que disfruté de un crocante pimiento rojo cortado a la juliana junto a un sabroso y jugoso bistec.

Ese día, elegí algunas de las semillas del ají y las llevé a un tarro que tenemos en la terraza, en el cual mi hijo Adrian tiene una planta de limón, unas las solté en la superficie y a otras mediante un poco de presión las coloqué bajo la tierra.

Pasaron unos días y parecía que nada pasaba, pero una tarde mientras ayudaba a mi hijo Diego con una tarea, veo que mis pequeñas plantitas de pimientos germinaron… Me puse súper feliz y regresé con un poquito de agua fresca para ellas, mientras las irrigo me fijo, que no todas brotaron, solo aquellas que puse bajo tierra, en oscuridad, las que estuvieron en lo profundo, donde nadie las podía ver y sometidas a la presión fueron las que brotaron.

Dicen los especialistas que para que esto ocurra la semilla primero debe ser plantada, luego “debe morir” para nacer de nuevo, esta se quebranta, se despoja de su capa superficial exponiendo su interior. Aunque la semilla está sola, en un lugar de poco confort, sin saber que pasará mañana, sin sospechar que hay encima de ella, nada impide su avance, por el contrario, continúa arraigada en el lugar que fue plantada y luego de un tiempo sale a la superficie; transformada en algo hermoso, nuevo, lleno de vida, verdor y con la capacidad de producir mucho fruto. Ese crecimiento para ser eficaz debe ser tanto interno (en sus raíces) como externo, lo que se ve:

 -Lo que para otros es basura, para Dios es materia prima-. 

 Así como esa semilla, José de Egipto pasó por momentos de mucha presión, en los que se sintió solo, bajo tierra, en oscuridad, quebrantado, tal vez sintió morir. ¿Has experimentado algo similar?  Lo que para nosotros simboliza momentos de oscuridad y presión, para Dios representa metamorfosis, nuevas oportunidades. Es cierto que al igual que la semilla tendremos que morir a muchas cosas, pero naceremos de nuevo para algo mucho mejor y será la garantía de que Dios cumplirá su propósito en nosotros.

Lo que llamamos soledad, Dios le llama: “llevarnos a lo secreto”, a “lo íntimo con EL”. Tal como a José mientras otros te rechazan, Dios te escoge y te usa para llevar bendición, El exalta al pequeño. Génesis 37-45

Es admirable ver que en el mismo tarro están plantadas la de limón y las de pimientos, ellas pueden estar en el mismo terreno y producir algo muy diferente una de otra; Aunque cada planta es distinta, continúan creciendo, no se detienen a compararse con su compañera de maceta, porque sería muy frustrante y desgastante para mi pequeña planta de ají compararse con la de limón, puesto que la verá más grande, con un tallo más robusto, sus hojas más anchas y resistentes. Te cuento que, podemos pertenecer a la misma congregación, estar en el mismo ministerio, incluso tener los mismos dones y aun así ser usados por Dios de maneras distintas. Dios quiere que estemos unidos, pero no espera que seamos iguales. No es sabio compararnos con otros, cada uno tiene un deposito único de acuerdo con la misión que realizará, si lo hacemos estaríamos malgastando toda la savia que tenemos dentro de parte de Dios.

 Sé que cada planta tiene todo lo que necesita para que, quien la plantó coseche lo que espera, cada una es especial y bendecirá de forma distinta, este tiempo es oportuno para valorar nuestro crecimiento espiritual, el de nuestras raíces, quienes son las responsables de nutrirnos y de mantenernos de pie ante las tormentas de la vida, mientras más profundas sean, mejores resultados tendremos.

Tuve la oportunidad de plantar esas semillas y mis hijos las han regado, pero el crecimiento de ellas solo lo da Dios 1 Corintios 3:6-9. Así que, continuemos hablando a nuestra familia y amigos sobre el Señor, porque el Espíritu Santo es el responsable de poner en sus corazones la necesidad de Dios, nuestra tarea es sembrar la buena semilla y regarla con amor, paciencia, fe y el Espíritu Santo se encargará del resto.

Pude ver que las plantas que obtuve fueron proporcionales con las semillas que planté, entonces, ¡si queremos cosechar abundantemente, debemos sembrar generosamente! 2 Corintios 9:6. En este caso yo sé lo que quiero cosechar y por eso hice esta siembra, en la vida debe ser igual, porque la ley de la siembra y la cosecha es una ley universal establecida por Dios, si sembré una semilla ají, pues se espera que en su tiempo esa planta pueda producir muchos ajíes, de ahí la importancia de la siembra intencional.  Todos de una manera conscientes o no, estamos haciendo siembras buenas o malas. Proverbios 22:8

Con ternura te pregunto; ¿Que estas sembrando? ¿Son tus frutos los que Dios espera de ti? ¿Te gusta lo que estas cosechando en tu vida, en tu familia?  ¿Te agrada la cosecha de tu matrimonio o la de tus hijos? Si tu respuesta es sí, te felicito de todo corazón. Pero si tu respuesta es negativa quiero decirte que tienes la oportunidad de cambiar las semillas justo ahora y pedir perdón por la mala siembra anterior.

Mientras llega lo que Dios dijo de nosotros, plantemos con sabiduría, crezcamos por encima de las circunstancias, recordemos que fuimos plantados, no enterrados y que en su tiempo veremos los frutos.

No se dejen engañar: Nadie puede burlarse de la justicia de Dios. Siempre se cosecha lo que se siembra.

Gálatas 6:7